En el post anterior describimos las pautas gráficas y de formato que estipulan las normas APA. En este artículo vamos a responder a la pregunta de cómo citar con normas APA. Al final del posteo les comparto algunos consejos sobre la inserción de la voz ajena en nuestro discurso. A lo largo de todos los años que llevo corrigiendo textos, observo algunos errores comunes en la inserción de citas y, por eso, me parece importante comentarlos.
PAUTAS DE CITACIÓN SEGÚN NORMAS APA
Para citar con normas APA se utiliza el sistema llamado “autor-fecha”. A través de este sistema, una breve cita en el texto dirige al lector a una entrada desarrollada en la lista de referencias. Es obligatorio entonces que cada autor citado en el cuerpo del texto tenga su entrada en las referencias (los correctores de textos pasamos infinita cantidad de horas chequeando esta correspondencia). Además, se recomienda acudir siempre, en la medida de los posible, a fuentes primarias y utilizar las fuentes secundarias con moderación.
¿Qué se considera plagio? Exponer ideas, frases o teorías de otros como si fueran propios. Se considera un delito, tanto si se comete con intención o por omisión. Por ello es relevante colocar siempre la fuente de la que se extraen los conceptos. Además, en la actualidad existen software que identifican documentos copiados en su totalidad o por fragmentos.
¿Qué significa parafrasear? Parafraseamos cuando contamos las ideas de otros con nuestras palabras. Podemos utilizar este recurso para resumir, sintetizar o exponer miradas de diversas fuentes. Este método exige también la inserción de los apellidos y fechas de las publicaciones de referencia.
¿Qué son las citas directas? La reproducción textual de las palabras de otros. Para no cometer plagio, debemos colocar el apellido del autor de la cita, año de publicación y página en que se encuentra ese pasaje. Si queremos saber cómo citar con normas APA, debemos conocer la distinción entre citas menores y mayores a 40 palabras.
Citas cortas (menores a 40 palabras)
Este tipo de citas se coloca dentro del cuerpo principal del texto, entre comillas. Luego, se indica el autor, año y número de página.
Citas en bloque (40 palabras o más)
Estas citas extensas se colocan en un párrafo aparte, no llevan comillas y se insertan con una sangría de 1.27 cm del margen izquierdo. Debe utilizarse espacio doble. Pueden colocarse todos los datos de la fuente al final de la cita o bien el autor y el año en el texto y luego el número de página al final de la cita, entre paréntesis, tras el signo de puntuación de cierre. No se agrega otro punto final después del paréntesis de la página.
Uno de los errores más frecuentes que encuentro es la sobrecitación. Cuando estamos escribiendo sobre un tema por primera vez o sobre alguna teoría compleja que nos despierta ciertas inseguridades, es frecuente que recurramos a lo que han dicho otros sobre el punto que desarrollamos. Y está muy bien que sea así. De hecho, ella es una de las claves del discurso académico: reflejar el conocimiento sobre el estado del arte, dar cuenta de que dominamos las posiciones más relevantes sobre nuestro tema.
Ahora bien, cuando la cantidad de citas ajenas es tal que opaca nuestra propia voz, resulta preciso reformular el discurso, utilizar el parafraseo, ver de qué manera recuperamos el protagonismo en el texto. Muchas citas textuales, sobre todo si son extensas, abruman al lector y, además, opacan nuestra posición como investigadores-escritores. Por eso, siempre sugiero reflexionar: ¿para qué coloco está cita aquí? ¿Ilumina mi discurso? ¿Lo ejemplifica? ¿Amplía los contenidos que desarrollé? ¿Los potencia? ¿Es el mejor lugar para colocar esta cita o quizás convenga utilizar otra?
CITAS IRREFLEXIVAS
Otro error frecuente es la citación que podríamos llamar irreflexiva o, en términos de sus usuarios: “porque algo del autor hay que mencionar”. Me encontré muchas veces preguntándole a distintos autores el sentido de una cita en determinado pasaje del texto y me han respondido: “es que esa autora tiene que estar”, “si no lo cito mi director me mata”, “es el titular de cátedra, lo debo nombrar”. Como imaginarán, no soy partidaria de este tipo de respuestas ni de estas acciones por “compromiso”. Cada intromisión de la voz ajena en nuestro discurso debe estar meditada, medida, justificada. Somos nosotros los que, en este caso puntual, le damos permiso a los otros para aparecer, por más prestigio y trayectoria que tengan. Somos nosotros los que decidimos en qué parte de nuestro texto la voz de la experiencia fortalece nuestro argumento.
CITAS IRRELEVANTES
Un error relacionado muchas veces con el anterior es aquel que denomino citación irrelevante. El desarrollo discursivo del texto parece seguir una línea y, de pronto, se incluye una cita que no guarda ninguna relación con ella. El lector se queda preguntando: ¿y esto qué tiene que ver? Generamos confusión, alteramos el proceso de inferencia que debe hacer el lector y, encima, perdemos autoridad como escritores. Otra vez: somos nosotros los que decidimos cuándo suma traer la voz ajena, cuando con la voz del otro “somos multitud” y cuando conviene silenciar al resto y lucirnos nosotros.
CITAS DENSAS
Otra costumbre sobre la que sugiero precaución es la inclusión de citas extremadamente extensas. ¿Qué de todo lo que leí sobre ese autor quiero destacar? ¿Qué recorte le ofrezco a mi lector? Si colocamos en todo nuestro texto citas de media página, de alguna manera dejamos entrever que tuvimos pereza en resaltar lo importante o, nuevamente, que la voz del otro es más trascendente que la propia. Esto no implica que las citas deban ser siempre cortas. No. Buscamos equilibrio. Si de un autor me interesa recuperar todo, quizás sea conveniente mencionar su libro. O mejor aún: parafrasear sus ideas principales y allanarle a mi lector la lectura de conceptos complejos.
CITAS DESUBICADAS
Por último, recomiendo reflexión sobre el lugar de inserción de las citas. Muchos autores tienden a comenzar y terminar todos los apartados con ellas. En primer lugar, cansa como recurso. En segundo lugar, los comienzos y finales de los apartados son los lugares indicados para que el escritor dé la bienvenida al tema, introduzca al lector y luego le resuma lo trabajado hasta entonces. Si siempre empezamos y cerramos con la voz de otro perdemos ese recurso lógico y persuasivo sumamente útil en el discurso científico-académico.
¿Te sirvió la información sobre las citas? ¿Tenés consultas? ¿Querés recibir material resumido sobre cómo citar con normas APA? ¡Escribime!