Un texto es un tejido, una red de oraciones entrelazadas a través de mecanismos de cohesión, en la que, como decían Halliday y Hasan, “la interpretación de un elemento del discurso depende de la de otro”. Ahora bien, estos enlaces no siempre ocurren de manera tan clara. Muchas veces escribimos las primeras ideas que se nos cruzan por la cabeza y cuando llegamos al final observamos que solo expusimos pensamientos inconexos. El clásico «divague mental». Y si bien para empezar no está nada mal, cuando avanzamos en la escritura es preciso que no nos olvidemos de tejer nuestros hilos, de guiar al público lector por el recorrido de nuestros argumentos. La idea es que se sienta, en el mejor de los casos, más que guiado, deslizado.

Pero que no cunda el pánico. Para ese recorrido contamos con herramientas, con mecanismos de cohesión. ¿Conocemos algunos?

ELIPSIS

Hace tiempo leí una frase de Liliana Bodoc que me pareció bellísima: “En la Literatura, como en la vida, el silencio está cargado de sentido”. Hacia allí apunta este recurso elíptico: a omitir aquello que no resulta sustancial para comprender el sentido. El clásico “menos es más”, reversionado. Un mecanismo de cohesión muy potente.

Todo tejido está siempre formado por espacios en blanco, por lugares a los que el hilo decidió no llegar. Lo mismo ocurre en el lenguaje. En el español, por ejemplo, evitamos la repetición continua del sujeto hasta tanto ingrese uno nuevo o haya quedado muy lejos en el texto.

Analía estaba escribiendo su tesis. Analía no sabía por dónde empezar. Analía contrató a una asesora lingüística.

No hace falta explayarse mucho sobre el cansancio que nos provoca escuchar tantas veces seguidas el mismo nombre.

Analía estaba escribiendo su tesis y como no sabía por dónde empezar decidió contratar a una asesora lingüística.

Suena mucho mejor, ¿verdad?

La mayoría de las veces tenemos internalizados estos mecanismos de cohesión y ni nos damos cuenta de que los usamos. Hasta que nos faltan o tenemos que hablar por primera vez de un tema difícil, o mandamos un mensaje «recontraclaro», pero que nadie comprendió.

Otra elipsis que usamos habitualmente en el idioma español es la elipsis verbal: mecanismo en el que elidimos un verbo y lo reemplazamos por una coma. Imaginemos ahora que Analía se encontró con una amiga cuyo desborde por la escritura de la tesis la llevó a tomar una decisión más radical.

Analía contrató a una asesora lingüística; Lorena, a una psicóloga.

La coma después de Lorena da cuenta de la omisión del verbo. Elidir palabras o fragmentos de una oración cuya referencia resulta cercana y comprensible aporta velocidad y dinamismo a nuestro texto. Recordemos: una lectora que se aburre no vuelve.

Ahora bien, ¿qué son las referencias?

REFERENCIAS

Una referencia es una relación semántica en la que el significado de un elemento de la oración se comprende porque se lo identifica con otro, que puede estar dentro del texto o fuera de él. En este post vamos a ocuparnos de las referencias que se producen dentro del texto y por ese motivo las llamamos endofóricas.

Si yo digo:

La oración se compone de distintas partes. Estas son…

Aquí, el pronombre demostrativo estas hace referencia a las partes de la oración. ¿Cuál fue el mecanismo de cohesión? Sustituimos un sustantivo por un pronombre y evitamos la repetición que opacaría nuestro texto.

Otra herramienta que tenemos para unir coser nuestros hilos textuales es el uso de conectores.

CONECTORES TEXTUALES

Los conectores son palabras que especifican el tipo de relación existente entre las partes de la oración o entre oraciones, y el modo en que debe seguirse el razonamiento planteado en el texto. Son mecanismos de cohesión que le permiten al lector realizar una inferencia correcta de los argumentos planteados. Además, incluso, en cambio, no obstante, por lo cual, al mismo tiempo…

La tipología de conectores es extensa, así que por ahora vamos a enfocarnos en estos cuatro grandes grupos:

  • Aditivos
  • Adversativos
  • Causales y Consecutivos
  • Temporales

ADITIVOS

Los aditivos son los que enlazan ideas que siguen la misma dirección argumentativa: incluso, inclusive, asimismo, también, además, más aún, etc.

ADVERSATIVOS

Los adversativos son aquellos que vinculan dos segmentos en los que el segundo suprime o atenúa la conclusión lógica que pareciera desprenderse del primero. Aquí nos encontramos con los clásicos: pero, sin embargo, no obstante, en cambio, por el contrario, pese a, a diferencia de, mientras que, a pesar de.

Pese a que había estudiado un montón, no pudo aprobar el examen de Corrección de Estilo.

 Sofía es hija única, sin embargo, todos admiran su carácter generoso.

CAUSALES Y CONSECUTIVOS

Los conectores causales y consecutivos establecen entre las partes, como su nombre lo indica, relaciones de causa y/o consecuencia: por tanto, así, entonces, en consecuencia, por consiguiente, etc.

TEMPORALES

Los últimos conectores de este post son los temporales. Entablan entre los distintos hilos vínculos ligados a la temporalidad. Los más usados: antes, después, entonces, al mismo tiempo, más tarde, a continuación. Nos sirven para responder a las preguntas del tipo: ¿Qué ocurrió primero? ¿Y qué sucedió después?

Uno de los errores más frecuentes con los que me encuentro cuando corrijo textos es justamente el mal uso de los conectores y ello implica, muchas veces, una alteración radical del sentido. En vez de deslizar al lector, se trataría de algo así como darle un empujón, que llegue al final desorientado y lleno de moretones.

SINÓNIMOS E HIPERÓNIMOS

El debate sobre la existencia o inexistencia de sinónimos en la lengua es antiguo, largo e interesantísimo, pero escapa los límites de este post. Solo diré que aquello que convenimos en llamar sinónimos resulta una herramienta de gran utilidad para evitar repeticiones y cohesionar nuestros textos.

Los hiperónimos, en cambio, no generaron tantas posturas contrarias. El DRAE los define como aquellas palabras cuyo significado está incluido en el de otras. Así, dentro del vasto universo léxico, las palabras formarían subconjuntos. En el subconjunto muebles, por ejemplo, podríamos agrupar a cama, mesa, silla, etc. En el subconjunto flores, a rosas, orquídeas y jazmines.

¿Y en el subconjunto mecanismos de cohesión textual?

  • Referencias endofóricas
  • Uso de pronombres personales y demostrativos
  • Elipsis
  • Sustitución
  • Sinónimos
  • Hiperónimos
  • Conectores

¿Conocías estos recursos para tejer tu texto? ¿Cuáles usás más? ¡Te leo!

Si querés saber más sobre coherencia y cohesión, leé este post.